Un matemático tan cuadriculado como Lewis Carrol, inpensablemente, nos dejó como herencia la historia del mundo de las maravillas. Su intención inicial era escribir un cuento para sus hijos, sin embargo, el manuscrito fue cogiendo una dirección muy singular, dando lugar a una de las historias más recordadas de los últimos tiempos.
También es cierto que si no fuera porque la gran factoría de los estudios Disney hizo su propia versión del asunto, a nuestra amiga Alicia tan sólo la recordarían algunos freaks, yo entre ellos.
Y es que L.Carrol me trajo un lugar (calificado por él como pesadilla) donde nada es lo que es, pero todo es lo que no es. Así, en dicho lugar, lo que aquí no puede ser, allí sí sería: el sinsentido más alegre. Pájaros-paraguas, celebraciones de los no cumpleaños, carreras en círculo, amigos de morsas que pretenden barrer la playa... y un sin fin de personajes que sólo podían salir de una mente como la suya, formando un grito desesperado que pedía algo NO normal y que atacaba, intrínsecamente, a todo lo que es porque siempre ha sido así (el argumento menos válido y, sin embargo, el más utilizado).
Yo me uno a él, en contra de lo establecido, y con ese espíritu nace este blog cultural: para echarle un poco de ketchup a la cultura.
Si hay algo emblemático en la novela de Carrol, que destaca de forma natural, ese es el Gato Risón. Aquel que aparece y desaparece según su apetencia y que mete en líos a la protagonista debido a su carácter cizañero. Se trata de el único personaje consciente de su lejanía a la cordura, pero le encanta estar bien lejos de ella. Sus apariciones se inician desde su sonrisa, que encuentra su origen en la luna menguante, cuando anochece. Sus rayas, lilas y rosas, forman tirabuzones insinuantes que, a la par que sus ojos de despistado, recuerdan que es, ante todo, un Gato Risón.
Recientemente, rebuscando en los manuscritos y apuntes de Lewis Carrol, se descubrió una canción, titulada I'm odd, que iba a ser cantada por Risón en su novela. La traducción al español de odd es la siguiente: singular, raro, extravagante, suelto (sin par) o lo que forma el pico (lo sobrante de un cambio: treinta euros y pico, por ejemplo).
Un adejetivo que define a la perfección el karma del gato, de la historia en general y de la magia de la risa de la luna, que es desde donde este blog mirará la cultura.
La mirada psicoanalista de todas las realidades culturales convertidas en noticiA.