Mi amplio concepto de cultura, que se sitúa más en la visión global (cultura es todo), que no en la elitista (cultura es sólo lo que la élite dicte), se trata de una idea no conformista: de una cultura que se vanagloria de lo positivo, pero luchadora, que ataca a lo negativo y a lo injusto, en vez de ser cómodamente conforme y anquilosarse en el típico es lo que hay. Por ello, mi peculiar mirada cultural quiere llevar en esta entrada un ataque directo a las entidades públicas municipales de nuestra ciudad, Barcelona. Y es que el Ayuntamiento de la maravillosísima Ciudad Condal va ejecutar un exterminio de jabalíes en Collserola. De hecho, la carretera Horta-Cerdanyola (esa que muchos conocéis por los diversos miradores que quedan repartidos a su paso), ya tiene carteles que avisan de su cierre nocturno (de 23.00h a 06.00h) para llevar a cabo dicha masacre.
Para las autoridades es así de fácil: yo lo decido, yo lo hago y punto pelota. Sin embargo, se olvidan de las libertades y los derechos de los animales, algo que considero un ataque directo hacia mi persona.
Tengo la gran suerte de tener las noches libres (porque no madrugo) y muchas noches subía a Collserola (y escribo subía, porque ya no me lo consienten) a dar de comer a estos adorables seres, con carita de bonachones, asustadizos, jamás atacantes y contentísimos nada más oler el manjar. Acudían rápidamente a la llamada del olor, emitiendo sonidos de alegría y corriendo de forma torpe, con prisas.
Algunos son pequeñísimos: bebés jabalí. La verdad es que verlos correr de esas formas, tropezando consigo mismos, con la expresión hambrienta y bondadosa, me hace mucha gracia y era el motivo para volver la noche siguiente. Si hubiera sido por mí, cuando me enteré de la autorización del exterminio, me los hubiera llevado a todos refugiados a mi casa.
El señorito Hereu y sus compinches justifican la matanza diciendo que en los últimos tres años se han multiplicado y, actualmente, podrían considerarse una especie de plaga. Debe ser que se creen lo suficientemente buenos para tener la autoridad moral de decidir quien sobra y quien no en esta ciudad, a quien pueden eliminar del mapa según su apetencia, porque ellos son los que mandan.
Desde aquí hago un llamamiento a todos los que como yo, son incapaces de ser conformistas ante realidades tan injustas como ésta ¿Porqué los humanos se creen superiores al resto de seres vivos, porqué exterminar una población que ha encontrado en Collserola un buen hábitat en el que procrear? Seguro que había otras opciones, alternativas a esta radical solución, pero claro, el Ayuntamiento va a lo fácil y barato y si eso supone cargarse a la especie ¡Pues venga!
A veces deseo que la superGaudíciudad quede invadida por los jabalíes, demostrándonos a todos que no tenemos ningún derecho a elegir sobre ellos.