lunes, 31 de marzo de 2008

Buda explotó por vergüenza: la sutileza hecha protesta


Francia e Irán se han unido para coproducir esta obra de arte que supera cualquier expectativa de reivindicación. Dirigida por la joven iraní Hana Makhmalbaf, de sólo 18 años, es una película que sí habla sobre la guerra, pero la única que no se jacta de la parte sanguínea de ésta para comercializarse y explotar más la parte técnica de los efectos especiales. Al contrario, se trata de una narración visual, con una fotografía preciosa, que nos cuenta como es la vida diaria de una niña afgana de seis años, rodeada de talibanes que no le permiten ir a la escuela.
La metáfora y la perspicacia, junto con la gran actuación de Nikbakht Noruz (la protagonista), tiene como resultado una película natural que consigue ser mucho más profunda que cualquier otra adornada. La verdad y la delicadeza hacen de esta historia la reivindicación más pura del machismo, la violencia y el tradicionalismo que se vive allí, en las casas de las cuevas, donde la pobreza y la forma tan cerrada de pensar impiden la evolución de su sociedad, sobretodo de la parte femenina de ésta.
Una película dulce, conmovedora y que obliga al espectador a reflexionar sobre enormes injusticias que quedan plasmadas con un cuidado sublime.
“Cáete Baktay. Sólo si te mueres podrás ser libre.”

Aquí tenéis el trailer, subtitulado en español:

BANSKY, EL PODER DEL PODER DEL ARTE


Bansky, considerado el mejor grafitero del mundo, es un británico nacido en 1974. Su obra se inició en 2000 por las calles de Bristol, su ciudad natal y, desde entonces, ha viajado por todo el mundo decorando las paredes de los distintos lugares. Su estilo se ve influido por la tendencia de los Ad Jammers, quienes deformaban las imágenes de los contenidos publicitarios para cambiar el mensaje de éstos.


Su arte ha sido y sigue siendo calificado por muchos como mero vandalismo. Para representantes de la élite cultural como Peter Gibson o Diane Shakespeare, Bansky se jacta de ser incívico y las autoridades deberían evitar esta glorificación de lo vandálico, así como la venta y el éxito de sus obras. Otros representantes culturales, en este caso no tan ligados a la élite, sino más bien a la parte alternativa de la cultura, como el colectivo de anarquitectos Space Hijackers
repartió octavillas frente a una exposición de Banksy para resaltar el uso tan irónico que hace de la protesta anticapitalista, mientras trabaja para grandes empresas, de la talla de Puma o MTV. También ha recibido muchas críticas de vecinos por plasmar mensajes anti-sistema en barrios y edificios cuyos habitantes no los comparten. Otro sector que lo ha criticado es el de artistas y activistas que, en un principio lo admiraban y, después de subastar sus cuadros por valores que superan las 50.400 libras, lo han tachado de vendido.

Bansky, gran enemigo de los medios de comunicación, oculta a éstos su identidad, su nombre real y su aspecto físico. No obstante, se cree que tiene 35 años, que viste ropa ancha, típica de grafitero, y que se llama algo parecido a Robin Banks.


Hay varios temas que se repiten en su obra: ratas, oportunidades de foto (lugares típicos donde los turistas desearían hacer una foto sin pintadas), soldados orinando, policías, consumismo, guerras… podrían considerarse como las constantes dentro de todas sus pinturas.

En agosto de 2005, Banksy realizó pintadas sobre el Muro de Cisjordania, construido por Israel en los territorios ocupados de Cisjordania (concretamente en Belén, Ramala y Abu Dis), combinando varias técnicas.

Gracias a la magia de nuestro sistema, la cultura resulta ser, como todo, una parte más del mercado: las creaciones artísticas se consideran productos culturales, mercancías, generadoras de capital y de riqueza. Pese a que el objetivo final de la cultura nunca ha sido enriquecer a nadie, materialmente hablando, así funciona el asunto en nuestros días.

Bansky, que inicialmente fue considerado un marginado, que ni hacía arte ni hacía nada, es ahora admirado, debido a que su éxito que ha generado dineritos. Los cultos, por costumbre y casi de forma intrínseca, siempre han atacado al grafiti, no sólo al no aceptar su categoría de arte, sino tachándolo de ser algo sucio, de mala educación e incívico. Su origen, barriobajero y humilde, unido a su éxito, rotundo y creciente, han hecho muy difícil su reconocimiento entre los cultísimos, incapaces de admitir que lo que procedente de un suburbio pueda ser artístico.


Bansky, que reivindica en contra de las leyes del mercado capitalista y de todo lo que ese sistema conlleva, ha acabado beneficiándose de él, haciendo lo mismo sobre lo que se queja. Algunos hacen la lectura de que como no puede cambiar la realidad, hace arte en forma de protesta a la vez que es listo y lo aprovecha. Otros, sin embargo, creen que ha atacado a sus propios principios y a los de toda la gente que le siguió desde el principio, cuando sólo era un ensuciador más.

jueves, 13 de marzo de 2008

Merecéis un friso


Doble uVe, la estridencia y la genialidad se fusionan en directo


La sala más famosa del Poblenou se convirtió, ya a las ocho (hora en la que abrió sus puertas), en un hormiguero bullente de cabecitas ansiosas que llevaban mucho tiempo esperando, esperándolo, esperándolos. Gente amontonada en medio, en los extremos, en el piso de arriba, en las barras… gente en todas partes que dificultaba el paso, haciendo del movimiento algo casi imposible. Sonrisas y cigarros de la risa eran el complemento perfecto para la situación.
Un mediocre Señor Rojo hizo de telonero durante casi una hora, impacientando aún más al ya nervioso público que, cerca de las diez, se había adjudicado el sitio que no abandonaría hasta el final del concierto.
Con un poco de retraso y en mitad del ambiente hip hopero más auténtico, llegaron los tres maestros de las rimas, consiguiendo la ovación de todos los presentes. Humo, humo y más humo, acompañado de birras y cubatas formaban el entorno más adecuado para ir preparando el terreno.
Familiaridad, buen rollo y ritmo fueron los protagonistas de una jornada en la que sólo importó el rap, el buen rap. Barcelona y, concretamente la sala Razzmatazz, acogían una vez más al grupo ganador de un Grammy por Vivir para contarlo.
El movimiento incesante de los asistentes y el calor del lugar, sumados a que el concierto fue sin pausas, provocaron el agotamiento de todos. Aún así, la música seguía invadiendo la esencia de cada uno de los allí presentes, en un ambiente cada vez más diluido y cargado de humo con olor a hierba.
Llegando al final del gran evento, surgió la aparición repentina de Falsa Alarma, cantando el exitoso Vete a casa, con una gran acogida. Un regalito que los maños preparaban para Barcelona y uno de los momentos más destacados.
Una melancólica despedida, con temas de hace años, y un cierre de la mano del telonero madrileño fueron el final de un concierto en el que la seriedad de lo profesional y la alegría de lo personal se fusionaron a la perfección.
Lentamente, la gente abandonó la sala con cara de plena satisfacción: la noche había cumplido todo lo esperado.

Con un directo increíble y con seriedad en sus propósitos, Doble uVe emocionó a todos los asistentes, que no cesaban en su ruido agradecido. Trajeron su rap en vivo, un rap que se diferencia del resto por el convencimiento de sí mismo, por su énfasis en la sinceridad más espontánea.
Sin duda, el concierto de Violadores del Verso en Razzmatazz ha sido el evento rapero del mes en nuestra ciudad. Una combinación de energías y una gran selección de temas estallaron con fuerza, unidos a una iluminación y un sonido de calidad, dignos del momento.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Sobre el suplemento cultural de Clarín


Clarín, el diario argentino de más tirada, tiene un suplemento cultural del que podemos encontrar una muestra en el link http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2007/02/17.
El suplemento cultural on-line de Clarín es, técnicamente hablando, una buena web: diseño dinámico, espacios de descansos para la vista y colores adecuados, legibilidad correcta, fácil navegación, enlaces y posibilidad de participación por parte del internauta (interactividad, público activo y presente)... pese a que cuenta con bastante publicidad.
Si hablamos de los contenidos, tendríamos que nombrar a los cyberperiodistas que hacen posible un suplemento de calidad, teniendo en cuenta que los varómetros para medir la calidad de este tipo de publicaciones son, entre otros, la diversidad. Se trata de un suplemento completo y del que, yo destacaría, su tratamiento no elitista de la cultura, como he visto en otras ediciones de suplementos culturales en Internet. Presentan la cultura y sus eventos como algo para todos, al nivel de todos. Su vocabulario es accesible y su exposición de los temas es positiva, como si tuviera la voluntad intrínseca de hacer llegar la cultura a más gente: que la cultura guste. (Algo positivo para ellos y su propio negocio y, de paso, una buena forma de animar a la gente a participar en la cultura, ya sea creándola, consumiéndola y/o criticándola).
El enfoque de los artículos puede gustar más o menos, pero en general es un buen suplemento.

"Frikadas: Rodolfo Chikilicuatre"


"Nuevo fenómeno eurovisivo procedente de Buenafuente", "A Chikilicuatre no le importan los abucheos", "Chikilicuatre al Bernabeu"...
Rodolfo Chikilicuatre se ha convertido en gran protagonista de los titulares esta semana.
Debido a la creciente pérdida de interés por el festival de Eurovisión, sus mandamases han decidido cambiar de fórmula, añadiéndole humor a la gala, algo que, sin duda, ha sido una gran idea y ha conseguido su objetivo: el público se interesó ya con el concurso de candidatos para viajar a Belgrado y, ahora que hay ganador, la presencia en los medios y la acogida popular parece ser tremenda.
El aburrimiento que suscitaba este evento parece que va a ser substituido este año por risas, o eso nos vende el gran marqueting creado a los alrededores del festival. Todo se habrá de ver, de momento Buenafuente se está marcando un puntazo que ha hecho subir su audiencia y ha demostrado, una vez más, que la originalidad se le da bien. Todo gracias al carismático David Fernández, que ya nos aportó otros personajes tan peculiares como Santi Clima.
La cosa no pinta mal, habrá que esperar al día para ver si la propuesta, arriesgada y novedosa, si más no, en Belgrado se acoge de la misma forma que en territorio nacional.

¿Cultura de masas?


Pese a ser un concepto mucho más amplio, es habitual relacionar la cultura de masas con el seguimiento de las modas y marcas y la influencia del estilo americano en la sociedad. Mi explicación para ello es que la revolución industrial nos trajo avances capitalistas que democratizaron la cultura y el derecho a la información. Eso igualó un poco más a los habitantes de "la parte occidental del mundo", dando lugar a una globalización que hace que ideas y corrientes se popularizen desde la parte más influyente del mundo, actualmente EUA, al resto de países del bienestar. Así, las masas actuan de manera ovejil ante las corrientes y siguen algo de manera sistemática, basándose en el argumento es que lo hace todo el mundo.
Todo esto nos remite al miedo de destacar, de ser distinto, de llevar la contraria y salirse de los márgenes sociales preestablecidos, que marcan los que está bien y lo que no, por lo que se te va a mirar bien o mal. En las teorías de la comunicación, este fenómeno se conoce como La Espiral del Silencio, la que explica que las opiniones diferentes se callan para no llevar la contraria a la mayoría, por temor a la reacción de ésta y a la marginación.
No creo que la sociedad sea tan sólo un rebaño, conocido como masa, que no distinga personalidades, rasgos individuales. Todos somos distintos, originales a nuestra manera, sin embargo es cierto que existe la cultura de masas, puesto que se hace evidente en las pequeñas cosas, detalles de interacción social y comportamiento en público (que cada vez son más homogéneos, como las caras de los pasajeros en el metro y el rol que hay que seguir en los transportes públicos) y también en las grandes, en lo que no son detalles (moda y marcas, por ejemplo).

domingo, 2 de marzo de 2008

"Capelletes culturals"


El momento de sumo capitalismo que atravesamos ve a todo como sinónimo de negocio. Los medios de comunicación, que teóricamente deberían ser públicos, puesto que ofrecen un servicio a la sociedad "de carácter independiente", son empresas privadas (o públicas), pero empresas. Su evolución ha dado lugar a los grandes conglomerados de la comunicación, a los grandes grupos formados por diarios, emisoras de radio, canales de televisión, editoriales... Y eso conlleva que los profesionales pertenecientes a cada grupo se apoyen entre ellos y critiquen al resto, lo bautizado por muchos como "capelletes", ya sean culturales o no. Se trata de unas ayudas mutuas entre "grupitos" para hacerse más fuertes y debilitar a los demás: apoyos (indiferentemente de que sean sinceros o no) que persiguen el beneficio propio.

Me parece una pérdida de tiempo discutir si esto sucede o no: el ser humano es de naturaleza social, necesita agruparse. Para nosotros el acercarnos a otros humanos es un procedimiento básico y natural. La ayuda entre los que se acercan para tener más fuerza ante los otros grupos, que también se han aliado, es algo que ha estado presente siempre desde los neandertales hasta la actualidad. Nadie renuncia a sumar capacidades para autopotenciarse.

Lo que ya no me parece perder el tiempo es decidir si dicho proceso es favorecedor o no. Muchos argumentan que la existencia de las "capelletes" fomenta la competencia entre grupos, siendo algo positivo para que suba el nivel, la calidad y la profesionalidad de éstos.

Desde mi punto de vista, el crear grupos siempre supone aislarse del contacto con las personas que forman los conjuntos diferentes al propio, algo que nunca será bueno porque se perderá la multiculturalidad y las aportaciones de unos a otros, siendo substituidas por el "pique" provocador de competencia. Una competición para mí no positiva, puesto que da lugar a la descontextualización de la realidad: a valorar algo según el propio interés, según el resultado y la repercusión que tendrá el comentario ( de un crítico literario, por ejemplo) más que a valorarlo de forma real. Yo creo que se trata de una competencia que aleja a los críticos de las opiniones verdaderas para sucumbirlos en las opiniones del "quedar bien con mi grupito".

Un periodismo de calidad debería rebelarse ante estos fenómenos que convierten a la comunicación en un proceso injusto.