martes, 30 de diciembre de 2008

Y después de la euforia, el pánico


Como ya vimos en documentales como "Bowling for Colombine", la mayoría de la ciudadanía estadounidense considera que el tener armas es, además de un derecho constitucional, una obligación "cívica" y una responsabilidad personal y/o familiar.


Tras la victoria electoral de Obama y pasada la emoción del momento, el pueblo sospecha de que el nuevo presidente mantiene una posición contraria a las armas. Eso le ha llevado a ir más allá de querer conservar su "arsenal" situado en el trastero, en el parking... o debajo de la cama: ha querido aumentarlo.

Así pues, las armerías han dejado de notar la crisis económica para notar el "boom de miedo" de la muchísima gente que ve en estas fechas su última oportunidad para obtener uno de los tesoros más preciados entre los norteamericanos: armamento y munición.


¿Qué lectura deberíamos hacer de este fenómeno? Muchos se excusan en la recesión y en el aumento del paro para explicarlo, pero en la calle, las respuestas que publican los diarios de USA ante esta pregunta son mayoritariamente otras, que señalan a nuestro presi recién estrenado.



¿No es una contradicción que la mayoría de masa votante, que lo eligió a él como candidato, ahora seas temerosa ante sus posturas?