La evolución del concepto de violencia

Las cifras apuntan una gran diferencia dentro de los países occidentales respecto a la violencia: según éstas, en EUA hay mucha más que en los países europeos ¿A qué se debe?


Las primeras fechas que deberían tenerse en cuenta, en cuanto a violencia se refiere, son los años 1520 y 1550, años en que se inventaron la policía y en que los asesinatos empezaron a ser condenados (siempre con pena de muerte), respectivamente.

Sin duda, el siglo XVII también fue señalado, sobre todo si pensamos en la destrucción de la vida social rural que se daba en tabernas y cabarets, en las fiestas, en los carnavales... iniciada con la tremenda "persecución de brujas", de la que nos queda la conocidísima leyenda de Las brujas de Salem como principal legado.



Ya en el siglo siguiente, empezamos a observar una relación que vincula la violencia a las clases sociales, de manera que entre las élites ésta era admitida, mientras que entre los campesinos estaba mal vista y se reprimía. En este siglo es también cuando la violencia inicia su vínculo directo con el estado y, como consecuencia, se crea y establece una educación militar desde cada uno de ellos.

Los más cercanos siglos XIX y XX, que fueron enormemente violentos, nos dejaron, además de agresividad desde los grupos políticos (anarquistas, sindicalistas, nacionalistas...), sociales (universitarios, bandas callejeras de jóvenes...) y estatales (I y II Guerras Mundiales, la Guerra Fría...); una gran brutalidad ejercida por parte de los totalitarismos, no sólo desde el hitleriano, sino desde cualquiera de los existentes entonces. Esto desencadenó en un nuevo tipo de violencia: la relacionada directamente con la guerra y la obediencia estatal.
Nacen también las novelas criminales, de la mano del padre de a novela negra, Poe.
Como resultado de todo ello, los conceptos de inseguridad, peligrosidad y marginalidad cobraron mucha importancia y, por esto, se impulsaron grandes estudios sobre la violencia y sus causas. En dichos siglos, además, ya existían los medios de comunicación (no como ahora los conocemos, pero ya tenían presencia y forma), y también desarrollaron un papel en cuanto a la evolución de éste fenómeno, puesto que trataron el tema desde una visión un tanto espectacular: fueron sensacionalistas, ambiguos y morbosos, aportando así una nueva interpretación de este tipo de hechos.

Hasta hoy, la situación ha cambiado mucho y ahora los accidentes y los suicidios se apuntan muchas más vidas al año en su lista que los homicidios. De echo, Internet ha puesto de moda los suicidios colectivos, ya que gracias a la nueva vía de comunicación que acorta cualquier distancia, los internautas pueden ponerse de acuerdo en un lugar y en una hora para llevar a cabo juntos el punto y final de sus vidas. El caso más numérico fue el pasado año en Japón, donde se juntaron 7 personas.
Aún así, los homicidios siguen existiendo, sobre todo los de base machista. En España, por ejemplo, mueren más de 100 mujeres cada año a causa de la violencia de género: una constante presente en cualquier siglo y que, concretamente en el caso español, ha evolucionado de forma paradójica, ya que con los años se consigue que haya menos violencia, a nivel general, pero aumenta la violencia extrema de casos como éstos, así como casos de pederastia y de violaciones sexuales.

La explicación de porque actualmente los Estados Unidos casi triplican la violencia europea puede encontrarse reflexionando sobre diferentes cuestiones. Éstas son algunas de ellas:

· La posesión de armas.

· La tolerancia, o incluso empatía, de la violencia por parte de muchos de sus gobiernos, que han llevado a EUA a luchar en muchos frentes distintos, defendiendo que el fin justifica los medios, y utilizando la violencia como una supuesta forma de conseguir la paz.

· La política "del miedo" que siguen también muchos de sus gobiernos a lo largo de la breve historia de USA, llevada a cabo más que por actos gubernamentales, por la alegalidad de los medios de comunicación respecto al tratamiento de los casos violentos.

· El carácter individualista de sus ciudadanos y de las propias leyes que, en 18 estados, dictaminan que es lícito disparar a quien ose pisar tu césped, por ejemplo.